¿Te gusta viajar? y ¿Te gusta conducir?

Los europeos tenemos una ventaja que por asimilada no deja de ser un lujo que en ninguna otra parte del mundo se da, y es el legado cultural que este viejo continente ha ido atesorando a lo largo de los siglos. Recorrerlo es fácil gracias a las magníficas infraestructuras de la que dispone y las alternativas son muchas, desde el avión hasta el vehículo propio. Todas ellas se pueden dar porque las distancias a recorrer son relativamente pequeñas y todo depende del tiempo del que dispongamos para viajar.

El avión, antaño caro y ahora quizás el medio mas barato, nos permite realizar saltos de entorno a un par de horas para descubrir ciudades con un vasto legado cultural.

El tren aun esta condicionado por los diferentes anchos de vías que aun se dan entre los diferentes países y la alta velocidad aun dista mucho de vertebrar a la vieja Europa, mas aun a nivel supranacional.

Este legado cultural y sus maravillosos paisajes hacen del coche el medio ideal para disfrutarlos, sumergirte por la red viaria europea y recorrer kilómetros y kilómetros no solo es un placer para nuestros sentidos, también permite entender muchas de las particularidades de los distintos países y regiones que componen Europa. A esta red viaria hay que sumar una excelente hotelería y como no, una diversidad gastronómica apabullante. No es lo mismo llegar a Paris en un vuelo de poco mas de una hora, desde pongamos Madrid, que hacerlo recorriendo ese trayecto en nuestro vehículo, con la libertad que nos ofrece para realizar cuantas paradas estimemos y disfrutar de paisajes y ciudades mas pequeñas que encontraremos por el camino, por ejemplo parar a comer en Burgos, y echarle un ojo a su catedral, dormir en San Sebastián, comer al día siguiente en Burdeos, por no hablar de desviarnos un poco, ralentizar la marcha y disfrutar de las maravillas que nos encontramos en la rivera del Loira, y porque no, dormir en un Chateaux, y a la mañana siguiente proseguir viaje hasta París. Este es solo un ejemplo, hay otros muchos, de como podemos hacer del viaje nuestro destino,  este lujo es casi una exclusividad europea.

Nuestro vehículo en esta forma de entender el viaje es un elemento fundamental, disponer de un vehículo que permita hacer estas distancias con comodidad, que además forme parte de nuestra experiencia y lo percibamos como algo mas allá que una máquina, nos hará disfrutar mucho mas. Este coche será un hobbie en si mismo, cuidarlo y mimarlo para que nos devuelva la satisfacción de conducirlo en nuestros viajes será un elemento importante del viaje, no es lo mismo dar un salto en avión y hacer una ruta con un coche de alquiler, no es igual. Podemos hacer que el coche forme parte de nuestra personalidad, y no solo a titulo individual, si no también de nuestro o nuestros acompañantes, porque no solo se puede hacer este tipo de viajes con un precioso GT, también podemos involucrar a la totalidad de la familia y en nuestra VW California, por ejemplo, realizar este mismo tipo de viajes con cierta capacidad para hacer alguna pernoctación y comidas en ella, combinando así distintos modos de viajar. Las autocaravanas es otra historia, nos encontraremos con muchas limitaciones a la hora de estacionar y circular por ciudades con ellas, prácticamente dependeremos de estacionarlas en camping, con las limitaciones de movilidad que ello supone.

La combinación, coche y viaje, haciendo del viaje el destino, es un lujo al alcance de los europeos que hemos de valorar.

Las satisfacciones son muchas y sobre todo nos permitirá entender la diversidad europea, percibir lo que nos une y porque no también lo que nos diferencia pero siempre con un recorrido que nos permitirá percibir los orígenes de estas diferencias y no con saltos en avión que apenas nos ayudarán a comprender el por qué de las singularidades de la zona a visitar.

Estos viajes pueden parecer solitarios, la verdad es que es una forma de reforzar la pareja, pero también existen alternativas, hay muchos clubs y “carreras” para coches que nos permitirán disfrutar de esta forma de viajar en compañía, he puesto carreras entre comillas porque realmente no son carreras de velocidad, se tienen en cuenta muchos otros parámetros y al ser en carretera abierta al trafico no se deben sobrepasar los límites de velocidad.

El motivo de haber hecho este post es que entre los días 15 y 18 de mayo se ha celebrado la Mille Miglia 2019. La que antaño fuera una carrera de velocidad, ahora, como otras muchas, es un recorrido donde exhibir y disfrutar de vehículos excepcionales, al tiempo que se recorren parajes y ciudades de una belleza extraordinaria de interior de Italia. Los requisitos para participar es estar en posesión un vehículo cuyo modelo hubiera participado en esta carrera entre 1927 y 1957 u otro incluido en alguno de los diferentes clubs que participan.

No hace falta poseer una de estas maravillas para recorrer Europa, es recomendable apasionarse por la combinación viajar y conducir.

En está pasión poco a poco irá cogiendo protagonismo nuestro vehículo como una mera extensión de nosotros. Sumergirnos en la red viaria europea y como no, hacerlo con un vehículo que sea capaz de emocionarnos, al que consideremos parte de nuestra vida dotándolo de alma y dándole todo el cariño a buen seguro nos devolverá muchas satisfacciones cerrarándose un círculo entorno al viaje, el coche y nosotros mismos.

 

 

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