Ayer mismo y tras meses de puesta en escena, Land Rover presento su nuevo Defender2020. El grupo Aleman BMW hizo lo mismo hace 18 años con el Mini, y Fiat hace 11 también.
La fórmula es siempre la misma, recuperar modelos icónicos de marcas con gran tradición histórica, ponerlos al día en cuestión de diseño, evocando sus orígenes y modernización absoluta tecnológica.
Tanto en Mini como en Fiat lo consiguieron sin desposicionar el modelo de su mercado original y aunque fueran mas caros, la diferencia, no solo era asumible, si no que muchos compradores la comprendían por las mejoras que se ofrecían y que venían a superar deficiencias muy notorias.
En nuestra opinión, el nuevo Defender se ha posicionado en un nuevo segmento del mercado que no ha sido el tradicional del modelo, y ya se verá como repercute en las ventas. Land Rover, es cierto que ha pasado de tener modelos de éxito que han ido orientándose hacia el segmento premium, a ubicarse la marca en su totalidad en dicho mercado. De momento como marca, las cosas están funcionando, aunque desde la entrada en el grupo TATA se percibe cierto desgaste. El lujo es un mercado aspiracional, y todo aquel opte a ese mercado a de tener claro que no solo es el producto lo que te posiciona en el, es un todo.
David Brown, hace ya 6 años decidió que estas transformaciones y actualizaciones partiendo de cero y aportando solo rasgos evocadores del modelo inicial era una oportunidad de actualizar de verdad un modelo icónico desde el propio modelo.
El Mini se presta perfectamente a esta modernización. Todos los que hemos tenido un Mini conocemos perfectamente cuales son sus virtudes y sobre todo sus defectos. En David Brown también los saben y han conseguido introducir todas las mejoras que siempre se han echado en falta en este coche. También han puesto al día tecnológicamente al coche, pero sobre todo lo que han conseguido es evocar un estilo de vida, una época pasada mas glamurosa y son capaces de diferenciarse con un producto antaño fabricado para ser popular.
Y es en posicionarse en lo exclusivo y en el lujo, donde este Mini Remasterizado, como así lo llaman en David Brown, tiene su público y oportunidad de éxito.
Se sacan series limitadas pequeñas, Café Racer, Monte Carlo, etc, etc, todas ellas equipadas con todo tipo de detalles, tanto de confort, como de detalles de exclusividad, refinamiento y siempre fabricados de forma artesanal y orientado hacia su cliente.
La última serie preparada en David Brown, son 60 unidades de una exclusivísima joint venture con Oselli, un prestigioso restaurador y preparador de coches clásicos ingleses.
Este Mini Oselli, del que solo se fabricarán 60 unidades, será un vehículo orientado hacia las prestaciones, con el motor mas grande que haya montado un Mini, un 1.492 cc de 4 cilindros y mas de 100 cv de potencia. Se ha reforzado el chasis y mejorado la suspensión introduciendo amortiguadores SPAX regulables. También se ha trabajado en los escapes y la admisión de aire. Pero sobre todo se ha creado entorno al coche, un ambiente de carreras.
Se puede adquirir el vehículo con la configuración normal, de 2 asientos delanteros y banqueta corrida trasera o bien encargarlo con baquets cortos, como los de antaño, y celda de seguridad, y por supuesto con arnés, que ir bien sujeto siempre permite disfrutar mas de las sensaciones que a buen seguro este coche ofrecerá.
Exteriormente el coche irá dotado de llantas de 13´ con neumáticos anchos, como los que llevaban los Mini del 50 aniversario y la gama de colores se limita al blanco o al gris, siempre decorados con bandas tan típica de Mini.
El precio, nunca ha de ser guía de compra en este tipo de vehículos, a aquellos que este coche emocione no importará. Pero esto no quita que para el común de los mortales, pagar 98.000 libras por la versión estándar y mas de 108.000 por la que va equipada con celda de seguridad, sea algo inasumble.
Hay veces que preguntar el precio simplemente te descarta como target del producto, y en David Brown, como en Touring Superleggera, hacerlo es considerado vulgar. Si nos parece caro, simplemente no es nuestro coche, y si nos quejamos del precio, simplemente entramos al juego de hacerlo la barrera de acceso y por tanto incrementamos la componente aspiracional y de exclusividad.
No caigamos en la vulgaridad de despreciarlo por su precio.
Es de agradecer que aunque solo sea por verlo en fotos, existan este tipo de coches, que son producidos por el esfuerzo y la asunción del riesgo, de personas tan emprendedoras y entusiastes del mundo del motor como David Brown.