Si hay una leyenda en el mundo del motor, esa es la carrera de Woolf Barnato con su Bentley, y el Tren Azul que cubre la ruta de Cannes a Calais.
Según que fuente, unos dicen que la carrera se gestó en una cena en un yate amarrado en Cannes, otras que esa cena se celebraba en el Hotel Carlton de Cannes, pero en cualquier caso, Woolf Barnato desafió a los asistentes a esa cena, se celebrara donde se celebrara, y apostó, según que fuente, unas dicen que 100 libras, otras que 200 libras, a que llegaría antes que el Tren Azul, no ya a Calais, como ya había conseguido previamente un Rover Light Six , si no a la sede de su club en el Pall Mall de Londres.
Quien era Woolf Barnato? Quienes conformaban el club de los Bentley Boys?
Woolf Barnato era el rico heredero de Barney Barnato, un randlord que amasó su fortuna explotando minas de oro y diamantes en Sudáfrica y que como consecuencia de una profunda depresión se suicidó de vuelta de Sudafrica arrojándose al mar desde el barco que le traía a Londres.
Con tan sólo 2 años Woolf ya poseía una fortuna de 100.000 libras como herencia en un primer fidecomiso. Siempre fue una persona detallista y obsesionada con llegar a la perfección en todo lo que hacía, fundamentalmente deportes, boxeo, tenis, golf, tiro, cricket y su pasión, el mundo del motor, primero con motoras y luego coches, más concretamente Bentleys.
Barnato en los peores momentos de Bentley, allá por 1925, invirtió en la compañía buena parte de su fortuna, aunque la compañía no superó el crack del 29, y fue vendida a Rolls&Royce. Poco antes del hundimiento de Bentley, Barnato se había hecho con un importante paquete de acciones de Rolls&Royce que le permitieron retornar al consejo de administración de la ahora Bentley Motors Ltd.
Los Bentley boys eran un exclusivo club de adinerados poseedores de Bentley, que en su momento sirvieron de escaparate a la compañía. La mayoría de ellos eran exmilitares, Barnato fue capitán de artillería en la primera guerra mundial, y pasaban su tiempo compitiendo con sus Bentley. Obtuvieron grandes éxitos gracias al Blower 4 ½ al principio y luego con el legendario Speed Six . 4 victorias consecutivas en las 24h de Le Mans, tres de ellas pilotando Barnato, llevaron a casi la categoría de mito tanto a los Bentley Boys como a sus coches, que pese a Bugatti, consiguieron tal hazaña con los jocosamente llamados camiones mas rápidos del mundo, pero también los más fiables. Tan fuerte era el grupo que todos ellos vivían en la misma manzana de Mayfair en Londres a la que se conocía como la Bentley´s Corner.
La gesta del Blue Train ocurrió en marzo de 1930, en plena crisis posterior al Crack del 29 y con Barnato habiendo visto mermada su fortuna por el hundimiento de Bentley, no dudo en recoger el guante y apostar por conseguir llegar a Londres antes que Blue Train a Calais y demostrar que los Bentley estaban por encima de los Rover y Alvis que previamente ya habían conseguido vencer al Blue Train.
Con su inseparable Dale Boum de copiloto, a las 17:45 comenzó la carrera a bordo del sedán Speed Six carrozado por Weymann, propiedad de Barnato. El recorrido no estuvo exento de incidencias; hasta Lyon les acompañó una fuerte lluvia, un punto de repostaje en Auxerre les causo un retraso al no coordinarse bien, pincharon antes de llegar a Paris, debiendo utilizar la única rueda de repuesto que tenían, además de toparse con una densa niebla que les acompañó hasta casi Boulogne Sur Mer, donde llegaron a las 10:30, una hora antes de tomar su barco hasta Folkestone que les desembarcó a las 13:00 y de allí a su club, el Conservative Club, en el Pall Mall al que llegaron a las 15:20 es decir 15´antes de que el Blue Train llegara a Calais.
Casi 1.400 Km a una media cercana a los 70 Km/h, para 1929 es toda una gesta de regularidad y fiabilidad, que como no podía ser de otra manera fue celebrada por todo lo alto entre los miembros del club de Barnato. La gesta no pasó desapercibida para las autoridades Francesas que muy irritadas impusieron una considerable multa a Barnato e impidieron que Bentley acudiera al salón del automóvil de Paris de 1930. Era el castigo necesario para elevar la gesta a la categoría de mito y que fuera conocida en el mundo entero.
Barnato lejos de sufrir por su sanción, encargó un Speed Six Sportman Coupé carrozado por Gurney Nutting al que el propio Barnato bautizó como el Blue Train. Este Blue Train es un coupe de 3 plazas, la tercera ubicada en la parte trasera del vehículo y transversal a la marcha. Como todos los Speed Six, el motor que montaban estos Bentley es un 6 cilindros en línea de 6.597 cm3 de un solo árbol de levas en cabeza y 4 válvulas y 2 bujías por cilindro. Este motor ofrecía 147 cv, llegando en sucesivas versiones a los 200cv, permitiendo alcanzar los150 Km/h, hay que recordar que el peso de este vehículo llega a los 2.286 Kg. Poseía tracción trasera y caja de cambios de 4 velocidades. Las suspensiones a base de ballestas también disponían de amortiguadores hidráulicos. En definitiva, un vehículo muy fiable y sobre todo elegante.
Muchos creen que la gesta del Blue Train se llevó a cabo con este vehículo y eso es debido a que Terence Cuneo, en su pintura homenaje al Blue Train incluyo esta versión del Speed Six de Gurney Nutting en vez de la carrozada por Weymann, mucho menos vistosa. Algunas fuentes apuntan a que fue una versión carrozada por Mulliner quien disputó la carrera, pero el propietario tanto del Speed Six de Weymann como del de Gurney Nutting expuso ambos coches en la exposición de Pebble Beach de 2001 resolviendo cualquier duda que hubiera al respecto.
Este Speed Six de Gurney Nutting fue devuelto a la vida en el 80 aniversario de la carrera por Racing Green Engineering Ltd, que construyó una serie limitada de fieles recreaciones de esta maravilla.
Aunque el genuino Blue Train se encuentre con su hermano el Speed six de Weymann de la carrera, en una colección privada, algunas veces la replicas de Racing Green Engineering pueden encontrarse a la venta, como es el caso del precioso ejemplar en azul que está disponible en Thiesen, un fabuloso vendedor de joyas sobre ruedas alemán.
A veces uno fantasea con que vida hubiera querido vivir y desde luego por el glamour, sus aficiones, forma de vida, compromiso, perfeccionismo y pasión por los coches, Woolf Barnato es un tipo envidiable. Un gentlmen driver, play boy millonario que vivió y disfrutó de la vida en la época mas glamourosa del siglo XX y quizás de toda la historia, un digno merecedor de ser un Bentley Boy.