De Tomaso Longchamp GTS, un desconocido rockero

De lo que nadie puede dudar, es que el mundo del motor despierta pasiones, y no son pocos los acaudalados empresarios, que se dejan envolver por la pasión del automovilismo, bien sea coleccionando, compitiendo o fabricando sus propios coches, tal y como ellos los entienden, o incluso todo a la vez, que suele ocurrir.

Norman Choi es uno de estos empresarios que han sucumbido a la emoción del automóvil, aunque el en su esfera personal, sea un hombre bastante familiar y conduzca de diario una Vito, o al menos eso se cuenta de el. Pero Norman ha caído víctima del olor a gasolina y el ruido de los motores de los coches.

Allá por el 2014, al Sr Choi se le puso a tiro una empresa llamada Gumpert, que le ha dado la oportunidad de crear un coche muy especial, el Apollo IE, Intensa Emozione, y adentrarse de lleno en una emoción cargada de pasión.

Desde Gumpert, la creación de su primera coche, el Apollo Intensa Emozione, supuso que Norman tuviera que cambiar la empresa de arriba abajo e invertir en un nuevo producto partiendo de cero.

Partir de cero le obligó a codearse de ingenieros tan especiales como Paolo Garella y empresas tan reputadas como Manifattura Automobili de Turín o la alemana HWA Team  desarrollador y proveedor habitual de Mercedes-AMG.

La idea de Norma Choi con el Apollo es crear un deportivo capaz de transmitir las emociones de un F1 y seguro que se ha acercado mucho.

Pero Norman ha sucumbido al olor de gasolina y no se ha quedado ahí, y gracias a la oportunidad de hacerse con una marca tan icónica como De Tomaso, el Sr Choi ha querido también adentrarse en el mundo de los GT que competían en los años 60-70 y devolver a la vida el antiguo P-70 de Alejandro de Tomaso.

Por mucho que le pese al señor Glickenhaus, el diseñador Jowyn Wong de Wyn Desig se inspiró en el Prototipo P-70 o también llamado Sport 5000 Fantuzzi Spyder del diseñador Pete Brock para la creación de este P-72, un coche que al igual que su hermanastro el Apollo es evocador de emociones, pero esta vez del mundo de las carreras de GT de los años 60-70 y que en muy buena medida ayuda la incorporación del motor de Ford V8 Coyote al P72.

Pero llegados a este punto es donde queremos hacer una puntualización y un recordatorio al Sr Choi. GT es acrónimo de Gran Turismo, es decir, un Turismo algo musculado, deportivo de 4 plazas o 2+2 con un peso considerable, motor delantero o central, dos puertas como signo de deportividad y una gran distancia entre ejes y que empezaron los Italianos a denominar así a las versiones mas potentes de modelos de Alfa Romeo, Ferrari y Lancia.

Los GT originales podían ser vehículos deportivos o grandes ruteros, que permitían hacer grandes distancias a alta velocidad y dentro de unos parámetros de comfort muy elevados. A día de hoy este espíritu GT lo encontramos en coches como el Bentley Continental GT, Aston Martin Vanquish.

Como no, en De Tomaso también pensaron en tener un GT, del tipo original, es decir un coche grande, pesado, cómodo, rápido, que permita un uso diario y al mismo tiempo disfrutar de la velocidad y el ruido de enormes motores, a ser posible V8.

Y de esta idea surgió un coche muy poco conocido pero no por ello muy interesante el De Tomaso Longchamp GTS.

El Longchamp GTS fue concebido a partir del chasis del Maserati Quattroporte de la serie III, algo recortadito y diseño de carrocería que por los años 70 estaba muy de moda y que un Lancia de nombre digamos que no muy apropiado, tenia como máxima representación, el Lancia Marica. Lineas rectas de aspecto robusto y elegantes, grandes pasos de rueda y neumáticos de generosas dimensiones, conformaban un coche poderoso de imagen, cuya guinda era el ronrroneo de un espectacular V8 Ford Cleveland 351 de 330 cv, que permitía al Longchamp GTS alcanzar los 240 Km/h. Les aseguro que el ruido de este motor, es de los que te ponen una sonrisa boba en la cara.

El Longchamp GTS empezó a comercializars en 1973 con la serie 1, y en 1980 salio la serie 2 con una serie de mejoras que en la versión GTS llegaron al extremo, con el agrandamiento de los pasos de rueda y la mejora en las suspensiones.

En total se fabricaron 409 unidades hasta 1989, de las que solo 17 disponen de caja de cambios manual ZF de 5 velocidades, el resto automática de 3 velocidades. 14 se transformaron en Spyder en la carrocería Pavesi de Milan y cuando Ford dejó de producir el motor Cleveland V8  en USA De Tomaso siguió fiel a este motor adquiriéndolo en Australia.

Si la pretensión de Norman Choi es recuperar la emociones que nos producen los grandes coches, tanto de la F1 como los grandes GT, es obligado, que habiendo adquirido una marca con la historia de De Tomaso, después del P72 sería de agradecer que pensase en un verdadero GT y recuperar del ostracismo un coche tan magnifico como olvidado, el Longchamp.

En D&D Classics de Londres, tienen a la venta una de estas joyas que perteneció Claude Dubois, propietario y piloto del equipo del mismo nombre que participaba en carreras de resistencia, tanto con el conocido Pantera de  De Tomaso como con los Ford GT. Una joya que gracias al desconocimiento tiene un precio asequible.