El pasado 2 de mayo se celebró en Washington la conferencia Benchmark Minerals Intelligence, donde se valoró el precio y la capacidad de suministro de los diferentes materiales que se usan para la elaboración de las actuales baterías.
Sara Maryssaek, gerente de suministro de metales para baterías, expuso la preocupación de Tesla por el aumento de consumo en el cobre y la incapacidad actual para el abastecimiento con el incremento de la demanda.
El Cobre se está revelando como uno de los mayores quebraderos de cabeza para los fabricantes de automóviles y no solo eléctricos, su demanda para el 2030 será de unos 1,5 millones de toneladas, en la actualidad 38.000 toneladas, fundamentalmente por el aumento de consumo en los hogares.
Tesla también indicó en esta conferencia, sus intentos por reducir al mínimo el uso del Cobalto en sus baterías, con el fin de desvincularse de la producción de este metal, extraído casi en su totalidad en la Republica Popular del Congo con mano de obra esclava e infantil, ademas de su toxicidad. El material con el que se pretende sustituir es el Niquel.
Hoy en día los materiales usados en la fabricación de baterías no soportan la demanda creciente, tanto el Litio, como el Cobalto son escasos y su extracción a largo plazo hace inviable abastecer las necesidades de los fabricantes, con lo que conllevará aumentos de precios y escasez.
Tras esta conferencia se ha puesto de manifiesto que el Cobre se suma a esta escasez, al dispararse su demanda, poniendo en riesgo la viabilidad del coche eléctrico tal y como está concebido.